[El chico todavía demuestra rebeldía al no dejar que las palabras del payaso le rompan, solamente hace que le sigan golpeando. Fianlmente, después de lo que parecen horas se detiene. Despidiéndose del chico con otra burla más.
Después de asegurarse que se ha ido, el chico trata de hacerse camino a la puerta, lenta y dolorosamente. Solamente para encontrarla cerrada con llave y el tick-tock de un reloj llegando a cero, junto con la claridad que no hay forma en que se salve de la explosión.]