Se le concedió un milagro. Solo a él. ¿Por qué no a los demás?
[Solo él pudo tener un hogar incluso luego de la muerte de Kiritsugu: una kouhai que le ayudaba, una hermana mayor demasiado fastidiosa, una joven elegante a la cual idolatrar, una chica con el cabello tan blanco como la nieve.
Un caballero que le salvó.
Si bien la joven muchacha de cabello blanco dejó de funcionar un día, no existió día que no atesoró su recuerdo.
En la torre del reloj con aquella elegante muchacha. En los orfanatos. En las noches estrelladas. En cada una de ellas pensaba en la joven y en cómo el destino se la arrebató y no pudo hacer algo al respecto.]