[Se va a perder tus maldiciones, demasiado ocupado en él mismo tratar de calmarse lo suficiente antes de asomarse por la puerta para mirar hacia afuera. Y al menos el aire frío le ayuda a despejar la cabeza y a entrar en estado de alerta de nuevo, lo que agradece infinitamente.]
[Cuando consigue que las manos dejen de temblarle, está en condiciones suficientes como para darse cuenta de que 1) el monstruo o lo que sea que eso haya sido ya se fue y 2) queda poco menos de media hora para que se ponga oscuro. Tienen que regresar, ahora.]