[Cuando te siente forcejear se detiene y gira para enfrentarte, agarrándote por el otro antebrazo para que te quedes quieto y te veas obligado a mirarlo. Te habla absolutamente serio.]
Encender fuego no es opción. [No con esa cosa aún allá afuera, solamente la atraería.] Y tú estás congelándote. [Con suerte tienes calor corporal para calentarte a ti mismo.]
Así que ahora harás exactamente lo que yo digo, y si intentas algo extraño, te pondré a dormir. ¿Está claro?