[Lamentablemente, no tiene intenciones de detenerse ahora. Ahora... si no lo dice ahora, tal vez la oportunidad no vuelva a presentarse. Tal vez ella...]
[Se pone de pie, cortándote el paso.]
No fue tu dignidad lo que puse en juicio. El que hayas entendido lo contrario... fue mi culpa. Mi incapacidad para darte a entender con exactitud lo que deseaba comunicar... y mi incapacidad para tomar la responsabilidad que me correspondía. Por lo que es natural que me odies.
No estoy ciega a tus virtudes. Pero mis palabras no bastan. Y no puedo concederte aquí el duelo definitivao que añoras. Tampoco puedo clamar un odio que no siento. No tengo nada de valor que puedas desear. Pero, por tu indulgencia... he de estar agradecida.