No puedo molestarme contigo por eso, si por muchas cosas, pero no eso. Para mí hubiera sido más fácil que nunca lo preguntaras, pero adoras ponerme en encrucijadas y no puedo confiar en que harás lo que quiero que hagas.
[...] [......] Lamentablemente he vivido tu dilema en carne propia, no tengo el derecho de quejarme.