Menos de lo que parece, te lo aseguro. El lugar en el que me crié contaba con muchos animales de granja, además de los perros y caballos. Crecí cuidando de ellos y sirviendo como el escudero de Kay, mi hermano, y éste adoraba adentrarse al bosque a cazar o entrenar.
[Detiene las garras del leoncillo con gesto distraído mientras habla.] Simplemente estoy acostumbrada a tratar con animales, sean domésticos o salvajes.