Soy... Era un homúnculo. Tú me criaste. Crecí muy deprisa... y cuando fui lo suficientemente mayor me diste esta armadura. Y el yelmo, para que nadie supiese quién soy en realidad.
Porque soy el hijo de Arthur, aunque el nunca me llegue a reconocer como tal. Y por eso no puedo rendirme, da igual si logra matarme de nuevo.