¿Sabes qué, mate? Tus explicaciones no están haciendo nada más que darme dolor de cabeza. [Pero luego de considerarte un momento, baja el arma, sí, aunque no la guarda en su cinto aún.]
Muy bien, tienes una oportunidad para tratar de darle algo de sentido a ese disparate, así que será mejor que la aproveches antes de que me arrepienta. [...] ¿Y cómo acabas de llamarme?