[Echa un vistazo alrededor rápidamente, entre pensando en lo que dices y viendo si eso le devuelve algún recuerdo o le da alguna pista de lo que pasó anoche, y vigilando los alrededores.][... Vuelve a mirarte.]
No, no lo hago. [Se acerca un par de pasos y se inclina sobre ti, como quién no quiere la cosa.] Pero afortunadamente te tengo a ti aquí para iluminarme, ¿no es así?
[No suena como a que te esté dejando mucha opción, realmente.]