[Confundido como está todavía, no reacciona de inmediato, pero obviamente el primer lugar al que se va su mente es que intentas atacarlo. Así que medio segundo después puede que pienses que te está regresando el abrazo cuando te agarra por la ropa con la mano... al menos hasta que sientas algo presionarse contra tu estómago bajo. No, no es que esté contento de verte, es la pistola que acaba de sacarse del cinto y con la que te apunta con su otra mano.]
Con cuidado ahí, mate. [Te habla con voz suave, pero cargada de amenaza.] Ahora sé tan amable de retroceder. Lentamente, aconsejo.