[En ninguno de los escenarios que imaginó eran sus labios tan suaves, ni tan fuertes. Ni laa forma en la que su cuerpo cede a la fuerza de su abrazo y se acomoda, suave a pesar del músculo, a pesar del entrenamiento, ni lo largo del suspiro que emite al separar sus labios para él, permitirle la entrada.
La fuerza de su propia desesperada arremetida
Son sorpresas todas, para acompañarla en los días que vienen.
Apoya su frente contra la tuya al separarse, su pecho gritando por aire.]