... Eres tan amable, Arturia. Yo no merezco ni tus lágrimas ni las de nadie más. [Va a soltar tu mano suavemente, llevando su mano libre a su mejilla para limpiar tus lágrimas.] Muchas veces he pensado que debí haberte elegido a ti en vez de a Gráinne. Muchas veces me arrepentí de mi elección.