[Una lanza dorada, eso fue lo que encontró al despertar. Podría ser que alguien hubiera entrado en su casa, o en medio de su borrachera la había traído de algún lugar... pero ahí estaba, en el fondo del armario, perdida entre las cosas de su antigua esposa.
Pero no le importaba la verdad. Nada de ese mundo lo hacía si ella no estaba.]
[El sonido de la puerta llamó su atención, y algo confundido por recibir una visita después de años sin tener una, se acercó a la puerta. Grande fue su sorpresa a ver quién se encontraba del otro lado.]