La tristeza tiene una forma de verse más grande que la felicidad. No siempre, claro... pero la tristeza puede ser tan súbita que parece más que una felicidad callada y constante.
He llorado en Nadalandia. Me he tenido que despedir de muchas personas a las que amo que quizá no vuelva a ver. Los he extrañado y lo sigo haciendo.
Pero, dentro de todo, en todo el tiempo que llevo aquí... creo que he reído y cantado y disfrutado más de los días en que he sido infeliz.