[Niega apenas y frunce el ceño, sombrío cuando recuerda.]
Holmes y yo llegamos a estar bastante seguros de la culpabilidad de nuestro sospechoso, pero Scotland Yard lo hubiera dejado ir, por supuesto. El hombre era lo suficientemente listo para que no contáramos con mucha evidencia comprobable en su contra, así que enviar a arrestarlo hubiera sido inútil al final. Tuvimos que dejarlo ir.
Me parece que al día de hoy Holmes sigue atento en caso de que en algún momento cometa una torpeza que nos permita acusarlo con todo el respaldo de la ley.