Y nunca me lo dijo. Nunca se atrevió a reconocerme como hija suya, o como hermana de Arthur. Todo este tiempo... todos esos años en Camelot, creyéndome sola... [Aprieta los dientes, ante el dolor o la rabia, no está muy segura.]
Fue un cobarde, y un mentiroso. Si Arthur no me lo hubiera dicho, quién sabe por cuánto más hubiera seguido en la ignorancia.