[Se queda de pie ahí un momento sin mirarte a la cara, de nuevo sin saber qué hacer o decir ahora, y luego de un momento mueve su mano a su abrigo, como si fuera a sacar su petaca. Pero tras rebuscar un poco parece cambiar de idea y se detiene. Sonríe apenas para sí.]
Supongo que los viejos hábitos tardan en morir. [Y aparentemente eso aplica para ti también, porque maldición si quiere tocarte otra vez.]