[Por aquí, un hombre sin ningún grillete encima, pero con una leve cojera en una pierna, viene caminando de la mano y hablando con una pequeña niña rubia, sosteniendo en la otra una caja llena de frascos con miel.]
... primero debemos dejarle su encargo a la señorita Charles, querida. Luego podemos pasar al parque por unos minutos.