Hace mucho tiempo, los humanos nos encerraron bajo tierra a los monstruos, con una barrera mágica cortando el paso. De vez en cuando caen humanos desde una cierta montaña, pero no era tan común.
Lo mismo me dice mi hermano. Pero considerando que él duerme en una cama con forma de coche de carreras mientras le leo cuentos sobre conejitos, siendo un adulto, creo que el argumento es duro de roer.