[Siente que se le detuvo un poquito el cerebro. Y la respiración. Y el corazón. Por varios segundos sólo puede mirarte estúpidamente y con la boca entreabierta, de arriba a abajo, como tratando de asegurarse doblemente que no eres un producto de su imaginación.]
[Pero reacciona cuando dices su nombre, hablando con un hilo de voz.]