Esa amenaza no va a llegar a nada, así como tampoco dejaré que vuelvas a manchar tus manos. [Aprieta sus puños en molestia por no haber podido evitar que ninguna de esas cosas sucediera.] Te aseguro, Hinami-chan, que no voy a dejar que nada te pase ni que nadie te toque. Es una promesa. [Está más que decidido a ello.]