Eso es lo que me tuve que decir muchas veces en casa. Piedras lastimarán mis huesos, etcétera.
Máaaaas bien fue que liberé un lobo psicópata de sus cadenas para utilizarlo, luego lo usé de transporte para ir al infierno, luego lo mataron, luego tuve que adoptar uno de sus cachorros que tuvo con la guardiana del inframundo mientras no lo veía -así que técnicamente tuve un perro-lobo- y luego padre e hijo trataron de matarme.
La moraleja es que no liberes lobos encadenados si puedes evitarlo. Peor primera mascota jamás.