Si quieres culpar a alguien, deberías culpar al chico, no a mi.
El me pidió que le permitiera ingresar al mundo de los adultos y eso hice, ya es su problema que no le gustara y no pudiese salir de el. [Juntara sus manitos, casi aplaudiéndote.] ¿Tú hermano? No me hagas reír.