Bien. Cuando se trata de preferencias, no siempre podemos elegir. Puedes comer dos dulces diferentes y disfrutarlos en igual medida por razones absolutamente distintas; y el hecho de que estés comiendo uno no significa que te guste menos el otro.
Con las personas, el principio es el mismo. [Sonríe un poco.] La parte de "comer" no es tan literal, por supuesto, y las personas son mucho más complejas que sólo sabor, pero supongo que entiendes a qué me refiero.