Sin duda. Cuando una persona es aún muy joven, y no posee ningún entrenamiento, le resulta más difícil controlar y canalizar su magia. [Ríe un poco.] Todavía recuerdo aquella vez que mi hermano Aberforth hizo estallar un frasco lleno de babosas en el comedor. Me había pasado dos días recolectando esas...