[Sarada estaba perdida. Perdida en más de un sentido. Lo único que podía hacer era vagar en la oscuridad, teniendo como única certeza aquella luz que sostenía en su mano y aquel sentimiento que la hacia acercarse a uno de esos seres extraños de humo, un hombre alto y de cabello oscuro que apenas puede distinguir pero que a la vez no quiere más que juntarse con él.
Esos sentimientos eran lo único que tenía mientras vagaba por la oscuridad hasta la próxima vez que la Niebla la encontrase y volviese a iniciar el ciclo. Oscuridad, búsqueda, el extraño de pelo negro y de nuevo olvido. Una y otra vez.]