Eso simplemente no está bien. Siempre debes respetar al hombre a cargo de un barco, corazón, porque de ello dependerá tu vida mientras estés abordo.
Y como en este caso fue el joven rey quien me contrató a mí, eso lo convierte a él en el que da las órdenes. [Al menos mientras no se trate de maniobras de navegación, que eso es todo suyo.]