Además no es necesario ser exitoso uno mismo para dar consejos. Por ejemplo, si alguien llegara y me dijera, muy tristemente... [Cambia el tono de voz un poco.]
¡Monsieur, estoy perdidamente enamorado de una chica que insiste que odia a los hombres y me trata mal! [UNA MUY MISTERIOSA CHICA.] Entonces le diría que haga un esfuerzo por olvidarla, porque no quiere terminar con partes delicadas siendo fritas.