[Consigues empujar el espejo hacia atrás lo suficiente para que caiga y se rompa con un estruendo.
Inmediátaente sale Suu, llorando, para sostenerte y abrazarte, evitando que el metal te siga dañando, gritándole a todo lo que la Suu del otro lado del espejo quería construir] ¡Paren, paren, no quiero esto! ¡Dejen de destruir! ¡Regresen!
[Las espinas empiezan a deshacerse. Lo que había aprecido de la nada se empieza a desintegrar. Poco a poco, lo que había sido destruido, está volviendo a como era antes]