[Pero vuelve a estirar la mano, y ahora hay una fuerza invisible que te impide levantarte. Se detiene a unos metros de ti, contemplándote con una expresión burlona, el desprecio claro en su rostro.]
Ahora, ¿qué debería hacer contigo? [Estás justo donde te quiso tener por tanto tiempo. Esta es la oportunidad que tan furiosamente anhelaba. Ahí estás, indefenso, patético, a su merced. Como deberías.]