[Te contempla caer, con la respiración aún algo agitada por el súbito arrebato de furia. Pero tras un momento comienza a caminar hacia ti, tal vez regodeándose un poco en el hecho de que estés en el suelo.]
Deberías saber cuando callarte, Arthur. Sobre todo conmigo. [Pero nunca aprendiste, ¿no es así?]