[Pero se detiene cuando preguntas eso. Y consigue recuperar un poco el control de su expresión, antes de que una lenta sonrisa se extienda por su cara. Una amarga sonrisa.]
¿Por qué estoy así? [Ríe, sin nada de alegría.] Deberías preguntárselo a mi querido hermano. Estoy segura de que él podría explicártelo.