[No te interrumpe ahora tampoco, mirando sus manos cuando se la tomas y luego volviendo a mirarte atentamente, y...][Y baja la mirada un momento, cuando terminas, y casi sonríe para sí. Y si su voz suena algo triste, está tranquilo otra vez.]
... No hubiera esperado nada menos de ti, señora. Realmente creo que cualquiera que no crea que eres fuerte, no te hace justicia. [...]
No lo olvidaré, ni creo que pudiera. Ni tampoco creo que jamás pudieras disgustarme, Sansa. Como dije, no desearía que te sintieras o hicieras de ningún modo que no quisieras sentirte o hacer. Y si ese es el peso que tengo que aceptar... bueno, sólo puedo enorgullecerme de que es contigo con quien tengo que compartirlo.