[Te escucha en silencio, y si bien su expresión todavía es gentil, pierde un poco la sonrisa, y te queda mirando un momento. ¿Oh?]
... Lo último que quiero es causarte angustia o preocuparte. [Y ese es el principal motivo por el que dudó tanto en decirte.] Y no hay nada que me gustaría más que fueras feliz. [...] Así que me alegra escuchar que, a pesar de todo lo demás, al menos pude darte un motivo para sentirte así, incluso si fue sólo un poco.