[Ah, bien. Es bueno que no tenga que demorarse en explicar cosas otra vez. Asiente un poco.]
En ambos casos, para abrir y cerrar una puerta, la energía utilizada necesariamente tendría que ser mayor a la requerida para provocar una anomalía de acceso a una dimensión que estuviera figurativamente hablando más cercana en el plano de la realidad. [Sonríe levemente.] Pero tampoco hay que olvidar que una vez que una puerta ha sido abierta es menos difícil que vuelva a abrirse otra vez.