[No debería estar muy lejos, en el bolsillo de su abrigo tirado por ahí. Y por una vez va a hacerte caso y quedarse ahí, porque no es como que tuviera mucho ánimo para hacer nada más. Al menos sí va a sacar el garfio de debajo de su almohada para ponérselo en el muñón porque, ya que está despierto, supone.]