[Parpadea y luego te sonríe también, un poco en disculpa.]
Lo lamento, Ivy, no pretendía arruinarte la noche con una conversación tan sombría. [...][Suspira un poco.] E intentaría invitarte a un baile para remediarlo pero, como la original dueña de esta mansión lo puso tan graciosamente una vez, aparentemente mis pies 'se mueven como un par de tristes cangrejos desorientados'.