[Te mira un momento, todavía con el nudo en la garganta y el dolor al respirar.]
... Bien. [Porque no vas a obtener nada, no ahora. Se le escapa finalmente una lágrima, y se apresura a limpiársela con el dorso de la mano. Habla con la voz algo temblorosa.] ... Dioses, realmente eres un imbécil.
[Está llorando, maldición. Voltea para poder alejarse de ti y largarse de ahí.]