No dije que estuviera agradecido, Robb. Todavía extraño caminar, no tener que depender de otros si quiero subir escaleras y extraño la vida que me estaba prometida.
Pero entre todos los sacrificios que he vivido, entre todo lo que he perdido y me ha sido quitado... mis piernas nunca serán el dolor más grande. Esto no es algo que vaya a cambiar, incluso si los dioses mostraran clemencia. Así que, mi deber ahora, es aprender a vivir conmigo como soy.