[A pesar de mantener los ojos cerrados (porque así al menos le enseñaron que eran los besos), puede sentir tu sonrisa sobre sus labios y de una u otra manera termina contagiándose esa felicidad. Quiere pensar también que todo esto está dentro del guión de la pareja feliz casándose que están representando, pero inevitablemente una parte de sí siente que hay algo mucho más que eso.
El beso se acaba, y en vez de separarse busca juntar tu frente con la suya, manteniendo así la cercanía. No se caracteriza por ser muy expresivo, pero esta vez sonríe y lo hace tranquilo, satisfecho. Sus brazos siguen rodeando tu cintura con posesión, porque ahora es oficialmente tu única y exclusiva pareja.] Entonces, ¿marido y marido? [Suelta en un susurro que bordea las risas.]