Hay una escena donde Alicia crece desproporcionadamente, hasta que termina siendo más grande que la casa del Conejo Blanco. Sus brazos salen por las ventanas, sus piernas por las piertas, y tiene la cabeza torcida para que no choque con el techo.
Creo que a veces, nosotros podemos terminar haciendo lo mismo. Metafóricamente hablando, claro, a menos que Nadalandia esté haciendo de las suyas. Pero creo que a veces, al no tener algo en frente, preferimos quedarnos donde estamos. Dicen que más vale malo por conocido que bueno por conocer, y si ese 'malo' es un lugar donde estamos seguros, felices y somos amados... tener tortícolis todo el tiempo no nos parece algo tan terrible.