[Lo está. Está terriblemente herida, y enojada, y triste y resentida y, oh--] Estoy bien.
[Se obliga a concentrarse en trenzar tu cabello rítmicamente, en sus maravillosos colores, sólo en eso.] Es casi una lástima que debas esconderlo todo el tiempo. Algo tan hermoso no debería ser causa de miedo o dolor. [Frunce el ceño, y ya no pareciera estar hablando del todo de tu cabello, cuando otra angustia se asienta en su pecho.] No parece correcto.