[Cuando llega a la despensa y está segura que no la ves se detiene, con las manos sobre las puertas, pero sin abrirlas. Se apoya ahí un momento para respirar profundo un par de veces y tratar de deshacer el nudo que todavía tiene en la garganta.]
[Pero una vez que se sienta menos... más compuesta, sí va a abrirla para revisar y tomar las cosas que necesiten, y regresar junto a ti.]