[Pero de pronto se siente cansadísima también. No va a perseguirte. No, no tiene tiempo para eso ahora. Para ti, no-- Oh, dioses. Dioses, esto no puede estar pasando.] ... Bien.
[Voltea para darte la espalda y alejarse lo más que pueda de ti, con paso decidido, apretando los puños. Y las lágrimas que lleguen a escapársele mientras hace eso son sólo de rabia. Rabia y frustración, nada más.]