Sin el dragón siquiera. He sobrevivido nada más en mi primera semana de demigod a un ataque de anemoi thu-no-sé-qué, una familia entera de cíclopes que nos quería comer, la Madre Tierra tratando de bajarme la autoestima, y Khione la diosa de la nieve -sí, tenemos una de ésas. Pero nada del otro mundo, bro.