[Recuerda el sueño, también, y siente una punzada de dolor al recordar a tu hijo, el sentir que de hecho lo conoció y lo vio crecer, y saber esto ahora...]
[Y se mueve para mirarte cuando dices lo segundo, con gesto indignado dentro de su tristeza.] ¿Cómo puedes decir eso? No lo hagas. Tu muerte no debería haber sido ese precio.