[Te queda mirando un momento, seriamente. Casi como teniendo un debate interno, porque podría responder a eso de tantas manera, oh god.]
...No estoy absolutamente seguro de que eso pueda contarse como una pesadilla, mate. [Pero se inclina para abrir un cajón junto a su cama con el garfio, y saca de ahí una vela que te avienta.] Pero eres libre de intentarlo.