[.........][HOLA, MI NOMBRE ES MORGANA, DÉJAME DECIRTE ALGO SOBRE MI VIDA.]
[Se acerca un par de pasos como si fuera a abrazarte, frunciendo el ceño en un gesto a medias triste, indignado. Comprensivo, porque entiende tan bien...] Nadie puede culparte por ser quién eres. Y no... no debería ser algo que temas o de lo que te avergüences tampoco.