[Respira y exhala lentamente, moviendo su otra mano para tomar la tuya con ambas, mirándola. Traga un poco.]
... Quiero que me digas cómo te sentiste cuando no tuve alma. Quiero que me digas las cosas que hiciste, quiero saber las cosas que te hubiera gustado decirme. [...] Me aterra escucharlo, pero quiero hacerlo.